Un joven de Amenábar fue agredido por una patota en la puerta de un boliche de Sancti Spíritu. Según la denuncia, en el centro de salud no lo curaron y tuvo que huir a su pueblo perseguido por sus agresores.
Una verdadera odisea le tocó vivir al joven Juan Pablo Basso la madrugada del domingo a la salida de un boliche bailable ubicado en la localidad de Sancti Spíritu. Recibió una paliza propinada por entre 10 y 15 personas y pudo salvar la vida por la intervención de sus amigos de Amenábar, de donde es oriunda la víctima.
Su padre Juan Carlos Basso se quejó de la poca predisposición en la atención médica de Sancti Spíritu y pidió mayor control policial y de la comuna de esa localidad. Es que el chico tuvo que huir del hospital y finalmente fue atendido por su hermana en Amenábar.
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